Las ganas se hacen

por Tauana Matías de implicapsicologia.com

¿Cuántas veces hemos esperado a tener ganas para hacer algo?

Me atrevo a decir que prácticamente TODOS  a lo largo de nuestra vida hemos esperamos en alguna situación a tener ganas para hacer algo… tener ganas de ir al gimnasio o hacer ejercicio, tener ganas de salir, tener ganas de apuntarnos al curso de inglés que tanto nos hace falta…. Incluso comportamientos que son generalmente apetitivos para muchos de nosotros como salir, ir a tomar algo, hacer una actividad ociosa… a veces no tenemos ganas y esperamos a que ésta aparezca…

Pero… ¿Nos hemos planteado alguna vez cómo aparecen esas ganas? ¿Por qué tienen que aparecer mágicamente, de la misma forma que un día hace sol y al día siguiente llueve?

Pensamos que las ganas o la fuerza de voluntad es algo que “nos viene”, de “fuera hacia dentro”…me levanto, y de repente tengo ganas… cuando la realidad es que LAS GANAS SE HACEN.

Somos nosotros los que tenemos que hacer cosas para que las ganas aparezcan. Está en nuestras manos aumentar las ganas y la fuerza de voluntad de estudiar, salir a correr o salir con los amigos aunque estemos “depres” y no nos apetezca.

Para que las ganas aparezcan, para que nos apetezca o volvamos a disfrutar de actividades que ahora mismo no disfrutamos, tenemos que empezar a hacerlas, aunque al principio no nos apetezca o notemos que no disfrutamos de ellas.

Porque a medida que lo hagamos una y otra vez, van aumentando las ganas de hacerlo. Esto es así, porque cuando nos exponemos a hacer esa actividad, obtenemos la consecuencia positiva de hacerlo justo en ese momento, haciendo que aumente por tanto la probabilidad de que lo vuelva a hacer. Por tanto, cuanto más lo haga, más aumentará mis ganas de hacerlo porque más me expongo a las consecuencias agradables de ello, disminuyendo a su vez el coste de realizarlo.

Mientras que si no nos empujamos a hacerlo las primeras veces, lo único que observamos son todos los costes que conlleva esa actividad: tener que levantarnos, salir de casa, movernos cuando estamos calentitos en el sofá, …. Y no las consecuencias que sentiremos cuando lo hagamos: disfrute, aumento de endorfinas si nos referimos al deporte, atención social ….

Así, cuanto más lo intentamos y lo hacemos, a pesar de no tener las ganas iniciales, más se equilibra la balanza coste /beneficio de una actividad, ya que no nos podemos olvidar que toda actividad y conducta, por muy gratificante o beneficiosa que sea con leva unos costes y aunque no seamos 100% conscientes de esos costes, no significa que no estén ahí.

Por tanto, las ganas, es decir, la motivación, es un proceso que va en dos direcciones:

“Cuando tengo ganas , hago cosas”, pero también “Hago cosas para tener ganas “

Es muy importante entender esto, para poder dar el paso en esas situaciones o comportamientos en los cuáles no tenemos ganas, ya que no nos olvidemos:

HACEMOS COSAS CUANDO TENEMOS GANAS, PERO PARA CONSEGUIR TENER GANAS, TENEMOS QUE HACER COSAS.

Os animo a que penséis en esas cosas que habéis evitado hacer por falta de ganas y elijáis una sola cosa o comportamiento a realizar a pesar de no tener las ganas…

¡Hacedlo mínimo durante una o dos semanas y escribidme para contarme si las ganas y la satisfacción por hacerlo ha surgido!

Conoce más de mi psicólga

Tauana Matías es licenciada en psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, máster en Modificación de Conducta por el Instituto Terapéutico de Madrid (ITEMA) y experta en Autismo por la Universidad Europea Miguel de Cervantes y Gatea Atención Global.

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